El pasado 31 de mayo, el Gobierno Federal publicó un decreto para prohibir la circulación y comercialización de vapeadores y cigarros electrónicos. La noticia fue revelada por Hugo López-Gatell, Subsecretario de Salud, durante la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador. Cabe precisar que la publicación de este decreto coincidió con la celebración del Día mundial sin tabaco.
Este decreto busca implementar una serie de notorias medidas para desincentivar el consumo no solo de vapeadores y cigarrillos electrónicos, sino también de productos elaborados con tabaco:
- Se prohíbe la exhibición directa o indirecta de los productos elaborados con tabaco, lo que significa que los consumidores ya no podrán tocar o interactuar directamente con dichos productos.
- Se prohíbe la publicidad, promoción y patrocinio de productos elaborados con tabaco, lo que implica que este tipo de productos no podrán aparecer ni en medios de comunicación tradicionales ni redes sociales, incluso a través de la venta con particulares vía mensaje de texto, como sucede en muchos grupos de venta que encontramos en plataformas como Facebook. De hecho, el decreto también regula la promoción del tabaco en servicios de streaming, banners de sitios de internet y eventos deportivos.
- Los servidores públicos federales deberán evitar que se dé el consumo de tabaco en las oficinas bajo su dirección o responsabilidad; en otras palabras, cualquier superior jerárquico deberá requerir que la persona que esté fumando o consumiendo tabaco o productos de nicotina se abstenga de hacerlo en las oficinas o instalaciones federales; por lo tanto, tendrán que apagar cualquier cigarrillo o producto de nicotina que tengan encendido.
Distintas voces se han pronunciado a propósito de este decreto, pues si bien reconocen la necesidad de desincentivar el consumo de tabaco, también consideran importante que las medidas sean más profundas y vayan más allá de la mera prohibición, en tanto que la sola prohibición está en condiciones de impulsar su consumo a través de vías clandestinas.
Caleb Ordóñez, por ejemplo, destaca que las nuevas generaciones no consumen tabaco como sucedía con las generaciones precedentes; en consecuencia, rechazan la vieja percepción que se tenía de él, como un símbolo de estatus, elegancia y poder. Si bien esta medida se suma a las acciones para erradicar el consumo de tabaco y productos de nicotina en cualquiera de sus formas, Ordóñez ve con preocupación que la venta de vapeadores y cigarrillos electrónicos se convierta en una fuente de ingresos para la delincuencia organizada. La Interpol —continúa el especialista— ha demostrado que la delincuencia organizada se encarga del tráfico de drogas, mercancías ilícitas, trata de blancas, falsificación de documentos y lavado de dinero; en consecuencia, la venta de vapeadores y cigarrillos electrónicos podría convertirse en una fuente de ingresos adicional para la delincuencia organizada. Por lo tanto, más que resolver un problema, el Gobierno Federal crearía nuevas dificultades, incluso más complejas de resolver.
A estas voces se suman las opiniones de quienes ven en esta medida un mecanismo para cerrar el mercado a las grandes empresas tabacaleras; sin embargo, a pesar del crecimiento de las ventas en los vapeadores y cigarrillos electrónicos, aún permanecen por debajo de las ventas de los cigarrillos tradicionales. En México, por ejemplo, Philip Morris Internacional, que también comercializa marcas como Marlboro, pasó de tener 35 mil a 42 mil consumidores. En suma, los consumidores de tabaco se estiman en cerca de 15 millones de personas, es decir, casi el 20% del total de habitantes de nuestro país, de ahí que el incremento en las ventas también haya pasado de los 878 a los 1,246 millones de pesos al año en el lapso comprendido de 2016 a 2021, según datos del INEGI.
Recordemos que en febrero de 2020 ya había entrado en vigor un decreto que prohibía la importación de cigarrillos electrónicos, una acción gubernamental que pretendía proteger la salud de la población, particularmente en jóvenes. Al respecto, cabe precisar que el comercio de cigarrillos electrónicos está prohibido en México desde mayo de 2008, fecha en que se expidió la Ley General para el Control del Tabaco; sin embargo, se requería de una armonización en el marco normativo a fin de evitar que se llevaran a cabo prácticas de comercio ilegales de dichos productos. El decreto de febrero de 2020 homologó la Ley General de los Impuestos de Importación y de Exportación con la mencionada Ley General para el Control del Tabaco; no obstante, en octubre de 2021, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que este decreto comprendía una medida desproporcionada e inconstitucional.
Para la segunda medida, el gobierno federal modificó una vez más la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación mediante un decreto con fecha del 22 de octubre de 2021, con la intención de frenar la venta de vapeadores y cigarrillos electrónicos. Para ello, justificó las modificaciones con base en los perjuicios que provocan a la salud este tipo de dispositivos: opacidad pulmonares, neumonía lipoide, baja oxigenación de la sangre, fallas respiratorias, deterioros de funciones inumunológicas y desarrollo de distintitos tipos de cáncer. Semanas más tarde, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Comisión Nacional contra las Adicciones emitieron una alerta sanitaria para advertir los riesgos de consumir estos productos, pues cada cartucho de vapeadores y cigarrillos electrónicos contiene 5% de sal de nicotina, lo que equivale a entre uno y tres paquetes de cigarrillos.
A mediados de mayo de este año, la Secretaría de Gobernación y la COFEPRIS declararon una alerta máxima por los riesgos a la salud que provocan los vapeadores y cigarrillos electrónicos, pues las autoridades sanitarias detectaron que los cartuchos contenían acetato de vitamina E, que es altamente perjudicial para los pulmones. Finalmente, este tercer decreto prohíbe la circulación y comercialización de vapeadores y cigarrillos electrónicos y entró en vigor 12 días después de que la Secretaría de Gobernación y la COFEPRIS. Para ello, el gobierno federal modificó la Ley general para el Control de Tabaco, a fin de regular la protección contra la exposición al humo de tabaco, así como a sus emisiones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN), mejor conocidos como cigarrillos electrónicos o dispositivos vaporizadores; los Sistemas Electrónicos Sin Nicotina (SSSN) y los Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina (SACN) pueden contener niveles de sustancias tóxicas y compuestos carcinógenos, en ocasiones superiores a los de los cigarrillos tradicionales.
Fuentes de Consulta
Aristegui Noticias. (2022, mayo 31). “AMLO firma un nuevo decreto contra el tabaco, ‘vapers’ y cigarros electrónicos”. https://aristeguinoticias.com/3105/mexico/amlo-firma-un-nuevo-decreto-contra-el-tabaco-vapers-y-cigarros-electronicos/
Infobae. (2022, mayo 31). “Gobierno federal va contra los vapeadores y cigarros electrónicos, López-Gatell anuncia que su venta estará prohibida”. https://www.infobae.com/america/mexico/2022/05/31/gobierno-federal-va-contra-los-vapeadores-y-cigarros-electronicos-lopez-gatell-anuncia-que-su-venta-estara-prohibida/
Ordóñez, C. (2022, junio 1). “#ZonaLibre | Vape: por una solución más profunda”. Expansión. https://politica.expansion.mx/voces/2022/06/01/zonalibre-vape-solucion-mas-profunda