En comparación con el 2021, el pasado 2022 cerró con un número más alto de poblaciones económicamente activas e inactivas, según los más recientes datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con la última actualización de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), para diciembre del año pasado la Población Económicamente Activa (PEA) fue de 59.6 millones de personas.
En proporción, esa cifra, que evidencia la fuerte capacidad trabajadora que existe en el país, implicó una tasa de participación del 59.7%.
Además, los más recientes datos de la ENOE mostraron que la PEA fue superior en 580 mil personas, con relación también a diciembre, pero del 2021.
De la misma manera, el Inegi dio a conocer que la Población No Económicamente Activa (PNEA) –quienes no trabajan– en diciembre del 2022 también aumentó, con respecto a diciembre del 2021.
En esta ocasión la PNEA fue de 40.2 millones de personas, 94 mil más que en el último mes de 2021.
¿Económicamente qué?
Comúnmente, en la iniciativa privada, especialistas o incluso funcionarios de gobierno hablan de la poblaciones económicamente activas o no activas, pero, ¿a quiénes se refieren?
La PEA son aquellas personas que tienen una ocupación –un trabajo– o que sin tenerla la están buscando activamente, por ello, la mayoría de esta población son trabajadoras y trabajadores.
La PNEA se conforma por aquellas personas que, por alguna razón, no están disponibles para trabajar, y por tanto esta se configura en su mayoría por personas desocupadas –sin trabajo–.