Por Joaquín Cruz Lamas
Hoy en día, es muy fácil encontrar trajes hechos a partir de fibras sintéticas como el poliéster o el rayón. Por lo general, esas telas son más baratas que los tradicionales cortes de lana o de seda, así que se han puesto muy de moda en la industria del vestido formal. En una época como la nuestra, sin embargo, surge una pregunta inevitable ante el impacto ambiental de los productos sintéticos: ¿Es recomendable seguir usando telas sintéticas?
Personalmente, siempre he preferido las telas naturales como el algodón o la lana, pero he de admitir que, de vez en cuando, también he comprado productos sintéticos debido al precio. Uno debe de tener en cuenta varios factores al momento de utilizar estos productos. Quizá el material más dañino de todos para el medio ambiente es el poliéster, ya que éste es una fibra que se obtiene a partir del procesamiento de fibras de plástico que tardan mucho tiempo en degradarse. Sin embargo, el poliéster tiene una ventaja para aquéllos que se preocupan por los animales, y es que, a diferencia de la lana, por lo general su fabricación no representa ningún daño para los animales. En realidad, la fabricación de la lana tampoco; sin embargo, hay quienes ven con malos ojos la explotación de ovejas para producirla.
Por otra parte, la ventaja de la lana y el algodón es que son telas que se fabrican con fibras naturales, por lo que no se quedan años y años sin degradarse. Una buena prenda de algodón o lana durará más allá de la vida de su dueño, pero no tanto como para representar un impacto ambiental serio. Además, a pesar de que se degradan más rápido que el poliéster, por lo general su calidad es superior a la de los productos sintéticos, lo cual significa que no deben de ser reemplazados con demasiada frecuencia.
Quizá una tela sintética que podría ser un justo medio es el rayón o viscosa, ya que éste se fabrica a partir del procesamiento de fibras naturales y su impacto es menor al del poliéster. Este tipo de tela no tendrá la misma calidad que el algodón o la lana, pero es probablemente la fibra sintética que más se les acerca. Además, el precio es bastante razonable y suele ser bastante cómodo.
“En una época como la nuestra, surge una pregunta inevitable ante el impacto ambiental de los productos sintéticos: ¿Es recomendable seguir usando telas sintéticas?”
Joaquín Cruz Lamas